En todas las sociedades humanas existen las desigualdades, condicionadas por la capacidad que tiene la gente para acceder a los recursos materiales y los niveles de riqueza y de renta. Esta capacidad es la que determina la estratificación social, es decir, las desigualdades que existen entre diferentes grupos de individuos dentro de una sociedad. Existen, pues, cuatro sistemas de estratificación.
En primer lugar, el sistema de esclavitud. Parece que se trate, actualmente, de un tema obsoleto, pero no fue hasta mediados del siglo XIX que se empezó a abolir este sistema. Los esclavos, privados de ocupar ciertos cargos sociales y sumisos a su amo, tenían diferentes actitudes frente a su condición: resignación o rebelión.
En segundo lugar, el sistema de castas, propio de la India. Esta organización social se basa en ciertas creencias y la pureza racial. A pesar, pero, que las castas se atribuyan a la India, en Sudáfrica, por ejemplo, podríamos decir que también existe ya que se estableció una segregación entre blancos y negros (cuestión racial).
En tercer lugar, el sistema de estamentos propios de la Europa medieval. El último estamento eran los plebeyos que mantenían una estrecha relación con su señor feudal al cual juraban fidelidad y le daban una parte de la cosecha.
Por último, y el más común, el sistema de clases, que contrariamente a los anteriores, no viene determinado por una cuestión racial, sino por una cuestión económica.
El emigrante (Celtas Cortos)